29/1/11

La Precarización de Lo Social según Macri


Básicamente, la mayor o menor importancia que una gestión otorga a cada área de gobierno se puede evaluar en función de la plata que se le dedica a cada una de ellas. Así, la clase política que detenta el manejo ejecutivo del Estado revela las prioridades de su agenda cuando echamos una mirada a los niveles presupuestarios. Nosotros hemos repetido hasta el hartazgo que a Macri poco y nada le importan la salud, la educación y la vivienda de los porteños.

En este marco, pensamos en dos organismos públicos que han sido fieles testigos del huracán Mauricio: el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) y el Ministerio de Educación porteño. El primero, principal encargado de ejecutar la política habitacional de la gestión PRO, contó con sucesivos presupuestos anuales subejecutados. Según un análisis elaborado por el bloque legislativo porteño Diálogo por Buenos Aires, que comparó la evolución del gasto durante los tres primeros años de mandato, en Diciembre de 2007 la ejecución de este organismo andaba por el 86,66%, en 2008 bajó al 67,36%, y en 2009 alcanzó el 45,91%. En tanto, para la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (una ONG que se propone analizar los sistemas de administración financiera y de gestión del sector público) la ejecución del año pasado apenas alcanzó un 26,5%. La misma fuente asegura que, de los $208 millones destinados exclusivamente a la construcción de viviendas, sólo se ejecutaron $2 millones: el 1,2%. Paralelamente, el Programa de Reintegración, Integración y Transformación en Villas, el ejecutado es 0 sobre $38,5 millones.
Como si esto fuera poco, no nos olvidemos del brazo parapolicial UCEP, que corría a los indigentes a fuerza de palos y triturando sus pertenencias. Representaba una acción tan degenerada que la Justicia se vio obligada a prohibirla.
La cuestión es clara: como mostró el despliegue en el Parque Indoamericano la gestión PRO responde, a la problemática habitacional en la Ciudad, con la Policía Metropolitana en vez de construir política. Palos por diálogo.

En cuanto a la cartera educativa, la situación es vergonzosa: uno de los distritos más ricos del país ostenta uno de los presupuestos más bajos. A esto se suma el desmantelamiento de la tradicional escuela de capacitación docente (el CEPA, institución del Estado porteño responsable de la actualización de todos los docentes), el cierre de los postítulos estatales y la prohibición de la circulación de los materiales del Bicentenario en todas las escuelas. El trasfondo, como deja en claro Eduardo López (secretario general de la Unión de Trabajadores de la Educación –UTE-), muestra que “en el fondo no hay intención real de potenciar la capacitación, sino de dejarla en manos del mercado”. Ni más ni menos que el paulatino retiro del Estado (y posterior avance del mercado) de una las áreas clave para el desarrollo del país.
En términos de infraestructura, es notable la relación que existe entre la merma continuada de la plata que Mauricio destina a la creación de nuevos establecimientos y el mantenimiento de los viejos, y la asignación ascendente del subsidio a la educación privada. La gestión PRO incrementó en un 167 por ciento los recursos para la educación privada desde su asunción, mientras que reduce a la mitad los fondos para infraestructura, equipamiento, obras y raciones de comida. Hace un par de años, de hecho, el Ministerio de Educación eliminó la potestad que detentaban las cooperadoras escolares de gestionar el mantenimiento de sus establecimientos educativos, para pasar a centralizar desde la gestión. A partir de aquí, asistimos al fin de la democracia participativa en las escuelas públicas, no sólo en cuanto a la decisión de lo que se gasta y cómo se gasta, sino también en el consiguiente exterminio de las cooperadoras escolares.



Otro actor que sumó su análisis de la política educativa macrista es la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) quien coincide con los términos que venimos planteando. En su página web sostiene que “en la Ciudad, uno de los sistemas educativos públicos más estables, sofisticados y mejor financiados del país, la asignación de los bienes y recursos educativos, antes que neutralizar las asimetrías, termina castigando a los más humildes con una oferta educativa diferenciada y perjudicial”.
¿Vos de qué lado estás? ¿De la mercantilización de la educación o de la universalización de derechos? ¿De la UCEP o de la no represión de la protesta social? ¿Del proyecto que abandona a la educación pública o del que lleva construidas más de 1000 escuelas en todo el país (una escuela cada dos días y medio)? ¿Del que recortó a mas de la mitad el presupuesto destinado a la educación, o del que casi lo duplicó?

Fuentes: Página/12, Tiempo Argentino, Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública, Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia.

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