16/3/11

Este Asunto Está Ahora y Para Siempre en Tus Manos!!!


Otra muestra del botón… perdón! Al vesre! El antipatria también anduvo agitando las aguas del humor social. Composición tema: el resentimiento del gobierno para con la prensa. No existe tal guerra contra determinada profesión, tampoco contra quienes eventualmente la ejerzan. Sí existe una dicotomía histórica entre el interés popular y la concentración económica oligopólica que atenta contra la democracia. La ONG internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF) se para en la vereda de enfrente de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que aglutina a la crem de la corporación empresarial-mediática global. En su informe 2010 acerca de la libertad de prensa en todo el mundo, la RSF asegura que “la Argentina ocupa un lugar más bien envidiable en la última clasificación mundial”. A la vez que desliza explícitas y certeras críticas al Grupo Clarín por sus conocidas prácticas monopólicas, definió como “situación satisfactoria” la práctica periodística practicada en nuestro país. ¿Qué te pasa Fontevecchia? ¿No te cansás de sobrevivir insinuando, de insistir siempre con el mismo tema, de andar como bicicleta fija, con los argumentos agotados y con una sed de venganza que te ciega la cabeza?
Sectores que siempre estallan de gorilismo no reconocen ni a su madre, se sorprenden por la simbólica conversión de Néstor Kirchner en la reivindicación del héroe colectivo, popular y masivamente representado por El Eternauta.
“Aquella juventud maravillosa” nos fascinó, nos enseñó, nos mostró el camino. Evidenció los gestos repetibles, también los errores que nos ilustraron. La evocamos, la reivindicamos. Pero nuestro presente no es una secuela trucha: se trata de levantar a los compañeros caídos, de decir las palabras acalladas, de reverdecer la hierba achicharrada, de coser los trapos e izarlos de cara al alba, nuevamente. Quienes arrasaron con sus tanques temen a esta nueva época. Tienen miedo de perder sus privilegios (de matar la gallina de los huevos de oro; de vender la chancha, alguno de los 20 o la máquina de chacinados), pero sobre todo tienen terror a la voluntad popular. Ayer maniataron a la democracia por 18 años, incluso antes de la Oscura Noche; hoy amenazan a la sociedad con un lock out, condicionando el diálogo pre-paritarias, monopolizando la venta del insumo básico del periodismo gráfico, generando el miedo y la confrontación entre diferentes sectores sociales.
No somos jóvenes K. Si te gusta la tipificación aventurera, sería más apropiado jóvenes arrojados, corajudos, creadores, notablemente alegres, coherentemente inquietos, buscas, empedernidos, atrevidos, esperanzados, compadritos, un poco hinchahuevos, memoriosos, peronistas de Perón y la Santa. La K es una letra llamativa, pero circunscribirnos a ella niega nuestra complejidad. Como sea, seguro que coincidimos en que, en el abecedario político, la letra K es la que suena más fuertemente armoniosa. Es la que mejor nos representa, la que nos alinea. Pero ella no nos creó: nosotros la elegimos.
¿Y el Estado para qué?
¿Vos te acordás cuando la manija del gobierno nacional la tenía Washington? Pensá, no fue hace mucho. La legislación cipaya garantizaba el mecanismo económico que reestructuraba la deuda privada, traspasándola al erario público. Así, la deuda externa argentina pegó el segundo gran salto cuantitativo (y el primero en la vuelta de la democracia). También seguro que te acordás de aquella triste máxima menemista: “nada de lo que deba ser del Estado permanecerá en manos del Estado”. Acto seguido: la desaparición de la aerolínea de bandera, el derrumbe del control del servicio telefónico, la denostación y aniquilación del sistema ferroviario, el entierro de la producción petrolera nacional, etc.
La cosa es simple, y la vamos a explicar de igual manera. El Estado cuenta con butacas y timones. Diferentes sectores económicos y sociales quieren apropiarse de las butacas y timones. El antipatria es como Gardel: siempre está volviendo. La juventud, organizada y comprometida con su tiempo, propone una pelea histórica por un lugar. Hoy la hora de los pueblos es el tiempo de la juventud. Por eso reivindicamos la vuelta de todos los niveles del Estado al servicio de los sectores populares. Una juventud hija de su pueblo, ya madura y preparada. Cuadros técnico-políticos, que en el zenith de su crecimiento reniega de la existencia de los meros cuadros “apenas” técnicos. Una juventud que persigue los ámbitos de decisión para hacer justicia histórica, volcándolos de cara al pueblo. Tomar decisiones, en definitiva, para alcanzar una ciudadanía plena, integrada a Latinoamérica.
Dijo Néstor: “Cuando la juventud se pone en marcha, el cambio es inevitable”. Lo joven no garantiza lo nuevo, mas esta juventud en particular sí le asegura al país que no hay ni habrá reversa en el devenir histórico nacional. Y lo más interesante de todo esto, compañero lector, reside en que la juventud que viene pateando puertas no se compone (muy a pesar del Gran Diario Argentino) de pendejos jipis, posmodernos, anti-todo que persiguen una efímera moda. La juventud no está ahora definida por criterios etarios; se materializa en la renovación de los modos de relacionarse. Estamos hablando de la regeneración de la política, en manos de sujetos nuevos, quizás inexpertos, pero sin contaminaciones de la vieja política. ¿Escuchaste bien? No es un capricho de pendejos, se trata de la nueva tendencia colectiva que busca hacerse del destino del país. Y somos millones.
Este modelo está destinado a profundizarse; hoy la juventud recoge el guante y constituye, sin dudas, el motor de la máquina, el corazón del alma popular, la esperanza de una Latinoamérica más justa, libre y soberana. Ahora, nuevamente, este asunto está en nuestras manos.





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